Así reza el popular dicho castellano. Parece como si las fiestas navideñas se quedasen cortas y quisiéramos prolongarlas unos días más y nos tomáramos un tiempo para recoger belenes y otros adornos. Sin embargo nos encontramos de nuevo "metidos en harina" (otro dicho popular) y tenemos encarrilado el segundo trimestre del curso. Cuando nos demos cuenta estaremos en la semana blanca, luego en la santa y... feliz verano. Bueno, no hay que correr tanto, pero sí. Por cierto, el santoral católico dedica hoy, 17 de enero, el día a San Antonio Abad, más conocido como San Antón, patrón de los animales y es por ello que, en numerosos pueblos y ciudades, es tradición el acercarse a los templos para que el párroco bendiga a nuestros animales de compañía. Es una de las fiestas más sentidas por la gente del campo, junto con la de San Isidro, y en muchos lugares se encienden luminarias en su honor.
La iconográfía representa al santo eremita junto con un cerdo pues, cuenta la tradición, que en cierta ocasión se le acercó una jabalina para que curase a sus jabatos ciegos. Así lo hizo San Antón y desde entonces el animal no se separó de él. Además, como el cerdo era considerado un animal impuro (aún hoy es para musulmanes y judíos), se le representaba al tiempo dominando la impureza. Por otro lado hay quien esgrime que la figura del santo no es más que una trasposición de antiguas leyendas paganas a la tradición católica, como ha sucedido en otras ocasiones. Sea como fuere en La Alberca, pueblo salmantino que merece la pena ser visitado, es tradición desde la Edad Media subastar tal día como hoy un gorrino (de raza ibérica además) y donar la ganancia a una organización benéfica (antaño a la iglesia o al cura del lugar). Lo singular del asunto es que dicho marrano fue soltado por las calles del pueblo hace siete meses, el 13 de junio (festividad por cierto de otro San Antonio, el de Padua) y durante todo este tiempo el animal ha vagado líbremente por las calles y ha sido alimentado por los vecinos. Sin abandonar el reino animal, aunque perteneciente a otra categoría taxonómica, podemos encontrar otro bajo la misma advocación que el cerdo. Me refiero a la ranita de San Anton o San Antonio (Hyla arborea) un pequeño y bonito anfibio, común en nuestra geografía, que era utilizado como barómetro biológico pues la intensidad del canto de los machos de esta especie es proporcional a la humedad ambiental y, por tanto, croaban cuando iba a llover. Curioso también ¿no? Otra curiosidad, ¿quién pondría a la rana bajo la protección directa del Santo?
Pues como os decía al principio, de aquí a nada en La Alberca están soltado de nuevo al cerdo y feliz verano.
(foto: Jan Sevcik. NaturePhoto-cz.eu)