Saturday, February 07, 2009

Por San Blas, la cigüeña verás...



Hace varios días leí en un blog un post sobre “El día de la marmota”, una tradición yanqui según la cual la marmota, animal hibernante, si al despertar de su letargo y salir de la madriguera no ve su sombra (está cubierto) es augurio de buen tiempo, mientras que el verla (día soleado) es un indicio de la continuidad del crudo invierno. Sin necesidad de irnos allende el océano nosotros tenemos una par de dichos más o menos equivalentes al cuento del esciúrido, ahí van:

"Por San Blas la cigüeña verás, y si no la ves mal año es". La llegada de la cigüeña, animal que pasa los inviernos disfrutando de las cálidas temperaturas africanas anticipa la primavera, pero la tardanza del ave presagia que el frío no nos abandonará por el momento. El otro dice tal como "Si la Candelaria plora, el invierno es fora y si no plora, ni dentro ni fora". Bien pudiera deberse este aserto a que las lluvias de estas fechas, de haberlas, calan en la tierra y permiten una primavera florida. Naturalmente, a estos refranes, que como todos suelen ser el producto de la observación popular, hay que darles un valor predictivo relativo. En algunos países de habla inglesa hay un refrán similar,

"If Candlemas bring cloud and rain
go winter and come not again"

En muchas localidades patrias son celebrados estos dos santos, siendo típicos, además de las manifestaciones religiosas de turno, bizcochos diversos, rollitos, tortitas y otras "delicatessen" de bollería fina que tan a gusto ingieren luego tirios y troyanos, porque a la hora de comer la fe y la razón encuentran un punto de conexión. A los amantes de la razón (ignoro si se trata del tirio o del troyano) deciros que San Blas es el patrón de los laringólogos pues al parecer salvó la vida de un niño al que, mientras comía, se le atragantó una espina de pescado (bonita y tierna historia) y, al igual que San Antón, a quien me referí hace varios post, hizo vida eremítica. Respecto a la Candelaria, es una de las muchas advocaciones que para los católicos tiene la Virgen y simboliza entre otras cosas la presentación del niño en el Templo, por lo que también es conocida como la fiesta de la Luz o las Candelas pues para los católicos Cristo es la luz del mundo. De tal circunstancia deriva que en numerosos lugares se enciendan antorchas, hogueras y luminarias durante los primeros días de febrero. También hay quien apunta es esta fiesta, como muchas otras, es la conversión al cristianismo de una fiesta pagana de purificación, en este caso la de María.

Y aunque las nevadas y el frío de estos días no presagian precisamente la llegada del buen tiempo y con él de la cigüeña, os dejo con unas imágenes de las dos especies que podemos ver en nuestro país. La más ampliamente distribuída y conocida es la cigüeña blanca (Ciconia ciconia), cuyos nidos pueden verse aún coronando los campanarios de muchas iglesias (otra vez la Iglesia, lo que padecerán algunos) de nuestra comunidad, siendo más fácil su observación cuanto más hacia el oeste. Está asociada al hombre en la medida en que su alimentación se basa en invertebrados, pequeños roedores y reptiles, peces y basura. En la actualidad muchos ejemplares invernan en la Península Ibérica en lugar de emigrar a sus cuarteles en África. La otra especie, la cigüeña negra (Ciconia nigra) es una especie solitaria, serrana, de menor tamaño y más rara de ver. El número de ejemplares que se distribuyen por la península es muy escaso y su distribución se circunscribe al cuadrante suroccidental.


Fotografías: Wikipedia.

1 comment:

Anonymous said...

It's a very good article. I'd like to read it in English....